Roberto Ferreras, jefe de Hematología y Hemoterapia del HIGA, explicó el procedimiento a LA CAPITAL.
La transfusión de plasma de recuperados de Covid-19 es hoy una de las iniciativas que se estudian alrededor del mundo como método para acelerar la mejora en personas enfermas de coronavirus. En Mar del Plata, el pasado viernes, tuvo lugar la primera donación de la mano de Mariela Crespi, la enfermera recuperada de la Clínica Pueyrredon, pero la lista ya tiene nuevos turnos esta semana.
El procedimiento, que se realiza en el Centro Regional de Hemoterapia ubicado en Estado de Israel 3698, dura una hora y no implica riesgo alguno para el donante. La donación, en tanto, contempla la posibilidad de salvar a al menos tres personas enfermas.
LA CAPITAL dialogó con Roberto Ferreras, hematólogo de la Clínica Pueyrredon y la Clínica 25 de Mayo, y jefe de Hematología y Hemoterapia del HIGA para conocer más detalles del procedimiento que hoy es analizado en todo el mundo.
“La transfusión de plasma de pacientes convalecientes no es nuevo, sino que es tomado de ejemplos de otras enfermedades virales, tanto antiguas, como polio y sarampión, y algunas más modernas como la H1N1 y el ébola o la fiebre hemorrágica argentina y virus Junín”, señaló el profesional, que junto a un equipo de médicos, bioquímicos y biólogos del país se sumaron a la batalla contra el coronavirus de manera voluntaria.
¿Pero qué es lo que se quiere realizar con la transfusión de plasma de convaleciente de Covid-19? Según señaló Ferreras, la idea es alcanzar una “inmunidad pasiva”.
“La inmunidad pasiva es transfundirle plasma de una persona curada de una enfermedad viral a una persona enferma por el virus. Es decir, lo que le estamos dando son los anticuerpos que generó la persona que se curó de esa enfermedad”, señaló el profesional.
Según indicó, el primer país que empezó a estudiar esta práctica fue naturalmente China, aunque los reportes se repitieron en Europa y Estados Unidos.
Si bien los estudios crecen día tras días y existen casos de personas que han mejorado su condición de salud tras la transfusión, Ferreras busca llevar cautela. “Es una enfermedad que tiene muy pocos meses y toda la evidencia es parcial. Hoy por hoy no hay ningún tratamiento probado que sea eficaz”, aclaró.
El especialista también destacó que no toda persona que haya estado contagiada puede donar. Según indicó, por el momento, los donantes tienen que haber contado con un hisopado de diagnóstico positivo y documentado, haber dado luego negativo en dos oportunidades, siendo el último testeo en los últimos quince días, y estar en la actualidad en buen estado de salud. “El requisito principal en hematología y hemoterapia es no enfermar a la persona que recibe la donación”, subrayó.
Procedimiento
Según explicó Ferreras, el procedimiento es similar a la donación de sangre pero con un equipo especial de separación celular, que toma la sangre del donante “entera”, es decir con los glóbulos rojos, blancos, plaquetas y líquido. El líquido es, justamente, el plasma y lo único que se obtendrá del paciente.
“Se demora más o menos una hora, se está en un sillón cómodo y es sólo un pinchazo. No tiene ningún riesgo el donante. Además, hay que tener en cuenta lo que puede ayudar: por cada donación se va a obtener al menos tres productos. Esa persona que dona su plasma puede ayudar a tres personas”, destacó el profesional.
Desde el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires desde hace varias semanas instan a los recuperados a donar plasma para producir tratamientos para pacientes críticos. Con el aumento de los casos día a día, la donación aseguran que es fundamental.